Jaén de Bracamoros en sus inicios

Jaén, ciudad del eterno verano


El territorio de la actual provincia de Jaén ha sido, desde los albores de la civilización america, una de las áreas de mayor interrelación regional (de integración cultural) de los espacios andinos y amazónicos.
De los primeros pobladores y de los origenes de su cultura han quedado para el presente reliquias arqueológicas de sus grandes asentamientos y centros ceremoniales como Montegrande, Tocaquilo, Shuape, Huayurco y Tomepanda que junto con su arte lítico y pictórico, con su variada alfarería y metalurgia de oro, son las huellas que testimonian la ruta civilizatoria seguida por el hombre que habitó en esta región aun en tiempos anteriores a la gran formación Chavín.
Pomahuaca
Por el año 400 antes de Cristo, los cupisniques arribaron a los valles de Jaén y del Marañón a través de Pacopampa, su poderoso enclave. En su avance edificaron el gran centro ceremonial de Pomahuanca, a orillas del río Huancabamba, lugar al que hoy denominamos Inga Tombo.

Por su proximidad a las regiones costera y altoandina, Jaén de Bracamoros siempre estuvo sujeto a la influencia de fuertes desarrollos regionales como los de las culturas Vicús, Moche, Chimú, Cajamarca y Chachapoyas.
Finalmente, este terriotrio habría sido anexado al imperio del Tahuantinsuyo en tiempos de Tupac Inca Yupanqui.