Trompeta traversera de grandes dimensiones que puede llegar a medir 3 a 4 metros. Para tocarla, el músico sopla de la misma manera en que se toca una trompeta, sosteniendo la caña en alto de mandera transversal a su propio cuerpo. En el clarín de Cajamarca se distingue, en el extremo distal, el más lejano del músico, una especie de bocina, que puede ser de calabaza, coco o de hojalata; el cuerpo del clarín es de caña, cortada en determinada época del año para que dure más y no se raje. La dimensión de la caña permite sonidos más agudos o más graves distinguiéndose estilos según la zona: en Porcón, el sonido agudo (3,50 m. de largo); en Chetilla, de sonido "lúgubre y sentimental" (4 m. de largo); y en Pampa Cajamarca , de sonido menos agudo que el de Porcón.
Complejo que se toca por un solo músico, es muy importante en Cajamarca y se encuentra documentada en varias láminas de la obra que entre 1782 y 1785 hizo el obispo Baltazar Jaime Martínez de Compañón y Bujada. La flauta se toca con la mano izquierda y tiene dos orificios anteriores y uno posterior. Con la mano izquierda también se sostiene la caja; ésta se toca con una baqueta que el músico maneja con la mano derecha.
Antara o andara: son las flautas de pan, hilera de tubos de diferentes tamaños que se tocan soplando directamente. En Cajamarca se llama antara, pero en la zona sur del Perú es conocida como zampoña o sikus.
La quena: como solista o en conjunto de dos y tres quenas, acompañadas por cajas o instrumentos de percusión, se toca en Cajamarca en diversas ocasiones, sea en fiestas patronales, faenas campesinas o fiestas familiares.
Música y danzas
Las danzas de los ch'unchus
Está muy difundida en todo el territorio peruano. En varios dibujos de Guaman Poma se pueden ver ilustraciones que recuerdan el ch'unchu: adorno de plumas en la cabeza y sonajas de semillas en las pantorillas. En la provincia de Cajamarca, la danza es masculina. Se puede apreciar en ocasión de las fiestas de San Juan, en Llacanora (24 de junio); del Wanchaco o Natividad de la Virgen, en Baños del Inca (8 de setiembre); de la Virgen del Rosario; en Pariamarca (2 de octubre); de San Esteban, en Chetilla (28 de diciembre); y del Niño Jesús, en Jesús (tercer domingo de enero); esto quiere decir que aparece en los meses de junio a diciembre, tiempo que corresponder al periodo de descanso agrícola y de la preparación del terreno para la nueva siembra.
La danza de las Pallas:
Integrada únicamente por mujeres. De acuerdo a la costumbre prehispánica, en la que el taki es el baile y el canto simultáneos, las pallas bailan su coreografía e interpretan sus canciones con ocasión de las fiestas religiosas y patronales, y de la Navidad.
Según la tradición, las pallas representan a las hijas de los señores de la nobleza que acompaban al inca. Según la opinión de Jiménez Borja (1946):
"Hácenlo solamente tres persomas, un Inca y dos Pallas, señoras nobles a los lados; bailando asidos de las manos".
Según el padre Cobo y de Montesionos:
"Quinientas doncellas, hijas de Señores principales, bien vestidas y con guirnaldas de flores en las cabezas, ramos en las manos y cascabeles en las piernas, cantando y bailando al compás".
El carnaval mestizo de Cajamarca
En Cajamarca se dio "el encuentro de dos mundos" y en ella sucumbió el último monarca oficial del Tahuantinsuyo. Son pocos los que recuerdan el origen de esta festividad, vinculada con la cuaresma de Pentecostés en el calendario católico.
Es una festividad costumbrista que podría considerarse como de control social. Sus ejes centrales son:
- La broma
- El sarcasmo
- El cuestionamiento de autoridades o personajes que han transgredido o alterado el orden social
Durante varios días y noches del mes de febrero, las comparsas recorren las calles, plazuelas, plazas y avenidas, hermosamente adornadas de la ciudad de Cajamarca.